
Hace unos días en una clase hablábamos con los estudiantes sobre el primer momento de la toma de consciencia de sí, lo cual generalmente ocurre en la infancia. Es ese momento en que te das cuenta que eres tú y eres en soledad. Es un momento maravilloso de auto-conciencia. Jung contaba que lo tuvo a los 11 años cuando «sali de una niebla» para decir con asombro y firmeza: «yo soy, yo sé que soy»,
Es curioso que tantas filosofías espirituales nos animen a estar en Presencia e incluso nos den prácticas y ejercicios para lograrlo. Nuestros sentidos están captando lo que ocurre aquí y ahora, tu no ves el pasado o el futuro, tampoco los escuchas, ni lo aromas, los sabores, el tacto o la propiocepción están en el pasado o futuro, todo eso ocurre ahora mismo. Sin embargo es nuestra mente la que está atrapada en el tiempo psicológico y la que nos saca del estado natural de Presencia consciente.
Nos cuesta mucho estar presentes porque vivimos atrapados en una multiplicidad de ayeres, de enlaces con el pasado y anticipaciones con el futuro. A pesar de que eso mismo también ocurre en el ahora, es decir ahora mismo estamos pensando esas cosas, el hipnotismo que nos producen nos saca del estado de presencia.
Todas esas ataduras al pasado, lealtades familiares, rencores, resentimientos, sentimiento de que la vida nos debe, nuestros padres nos deben, de que “no se sí puedo con mi vida” y todo eso no nos deja estar disponibles para nuestra vida actual real, es decir lo que es aquí y ahora.
De manera que es un tema de energía, de cuánta energía tengo disponible para mi real ser en el ahora, para mi vida en el ahora. Si mi energía está fragmentada en lo que me pasó, en el victimismo y demás, o en el llegar a alguna meta en algún mañana entonces no estoy viviendo el ahora. Es lógico que con todo eso no pueda estar en Presencia.
Estar disponible es tener la energía enfocada para mi vida de ahora, porque el ahora es nuevo de momento en momento. Eso no quiere decir que no planifique o no reflexione sobre el pasado, sino si puede mi energía estar para la totalidad de la vida que se presenta.
¿Cómo lo sientes? ¿Estás disponible para ti?
Daniel Curbelo
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