Dice Krishnamurti: «He dicho que en el autoanálisis hay destrucción y he explicado por qué. Ustedes analizan sólo cuando no han comprendido, y comprender no es analizar, no es mirar hacia atrás, sino encarar todas las cosas de una manera fresca, nueva. No es reabrir una cosa muerta y examinar esa cosa muerta; así no comprenderán. Pero si están plenamente despiertos, atentos, alerta, y afrontan una cosa viva, la comprenderán.»

«Es natural, pues, que cuanto más piensa uno acerca de sus acciones, cuanto más vigila, analiza y practica la introspección, tanto más estrecha, fastidiosa, pesada y llena de esfuerzo se vuelve su vida.»

«Eso es lo que ha sucedido. Esta autodisciplina, esta búsqueda de certidumbre, de seguridad, todo esto ha conducido a un profundo, sutil egotismo.»

Es claro que la mayoría de las personas que andan en temas espirituales le llaman a todo eso «trabajo interno», «crecimiento personal», etc. El resultado es como decía el mismo Krishnamurti: «otro entretenimiento más».

Además pasa otra cosa muy hipnótica por cierto, el empezar a manejar el lenguaje esotérico, espiritual, budista, taoísta, sufí, advaita, new age y demás nos hace creer expertos en la materia. En realidad somos expertos en un lenguaje específico, nada más.

Desde el momento que pretendemos «hacer algo» para «tratar de Ser» estamos condenados a una noria interminable, la búsqueda de la meta. Como además la meta es algo fantasioso, nadie nunca la vio o en el mejor de los casos es el recuerdo de una experiencia no dual, toda esta búsqueda no es más que un fenómeno mental que se transforma en una…exigencia. Sí, eso mismo: Exigencia de llegar, exigencia de ser, exigencia de no tener ego, exigencia de ser perfecto, etc.

Ya lo he dicho en otros post, es el ego el que quiere eliminar el ego para ser mejor, más elevado, ascendido, etc. No es más que cultivar la importancia personal, es una intención tan vulgar como querer ser el mejor en algún deporte, en la empresa, etc. (https://www.facebook.com/danielcurbelotaodelamor/posts/3779265758774412)

La famosa comprensión que nos dará el «darse cuenta» tampoco existe, no es algo que se pueda crear artificialmente. No hay comprensión ni no-comprensión, tampoco hay camino espiritual ni deja de haberlo.

Solo hay el siendo en el ahora, la vida misma es la que medita, la que fluye, la que se mueve, la que es eterna, nosotros solo estamos distraídos por un pensamiento que desencadena una ola de otros pensamientos: el pensamiento Yo.

Es a partir de ahí cuando se genera todo lo demás, todas las búsquedas, las elaboraciones de mi evolución interior y lo peor o mejor que estoy.

Hemos sido educados para lo fijo, para aquello de que «soy esto», «soy esto otro», no para el siendo, porque en el siendo no hay «tener» y una de las cosas maravillosas que tiene la vida es que el AHORA no tiene TENER.

Y justamente el pensamiento «yo» lo que quiere es tener. Démonos la oportunidad de rendirnos a esa idea de tener, de consumir cosas, personas, objetos, espiritualidades. Démonos la oportunidad de abandonarnos a no controlar, tal vez por ahí un rayito de luz nos devuelva la espontaneidad del siendo.

Daniel Curbelo