Son los misterios de la Diosa, lo cual tiene que ver con el manejo del fuego sagrado, por lo tanto también se les llama «Misterios del fuego». También se relacionan con el manejo alquímico del deseo y es parte del «camino del amante» o también llamado vía erótica. La sabiduría del fuego tiene tres caminos: el de la derecha, el de la izquierda y la vía media que va directo a la Fuente (no confundir con mano izquierda y mano derecha).

Esta enseñanza ha estado siempre en las logias esotéricas de occidente, es bastante fácil por lo menos acceder al lenguaje simbólico que manejan y darse cuenta que se habla de esto. Ahora en sí los secretos del manejo del fuego ya no son tan públicos y no están en los libros, eso es obvio, basta leerlos para darse cuenta que no están allí.

De oriente no voy a hablar, creo que es un error que nosotros los occidentales estemos tratando de ser orientales, sin desmedro de todo lo que oriente puede aportarnos que es inmenso, como decía Dion Fortune, el Dharma de occidente tiene que ver con el manejo de la materia, algo bien relacionado a la magia. Podemos aprender muchísimo de la visión oriental, pero corremos el riesgo de perder el contacto con nuestra ancestralidad. Este tema es controversial y da para otro post.

De manera que los misterios de Isis tienen que ver con Gran Arcano del ocultismo, definido por Eliphaz Levi en su libro, lo cual tiene que ver con acceder al contacto del gran agente universal, que es el fuego sagrado. Iremos de a poco, porque como toda cabeza occidental industrializada y tecnificada las almas ingenuas creen que se trata de aplicar una técnica, un procedimiento, un artificio y en realidad hay que empezar saboreando la eternidad.

Todo empieza en cómo ardes en tu vida misma. El orden empieza en la vida común, la sexualidad es el tercer altar del iniciado. Cuando el iniciado y la iniciada se unen y lo hacen desde ese sabor de lo eterno, entonces el trance, la magia, el encantamiento se produce y la vivencia de la unitotalidad ocurre. O sea, es ir más allá de nuestra personalidad social. Es claro que este conocimiento no era público y hoy en día hablar de ello ya es controversial. Nunca falta el que rechaza estas cosas.

Esto no quiere decir que la Alquimia de Isis sea algo aburrido y ceremonial. Pensar eso es justamente creer que el sabor de la eternidad no tiene que ver con lo lúdico, con la picardía, con lo espontáneo. No se trata de dos estatuas egipcias que hacen el amor, sino de dos dioses en cuerpos salvajes.

Daniel Curbelo

No responses yet

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *