
Uno de los objetivos de las prácticas de la tigresa blanca es mantener la juventud y volver al estado de inocencia. Los antiguos sabían que no es lo mismo la sexualidad con o sin penetración. Cuando hay penetración se genera una descarga desde el hombre a la mujer y viceversa que no se genera cuando no hay penetración.
Por eso en ciertos ambientes mágicos se recomienda practicar la sexualidad sin penetración. Incluso conozco mujeres que lo hacen como forma de cuidado de su energía sexual. Las ventajas energéticas son muchas e incluso los taoístas lo recomendaban en ciertos casos para sanar el cuerpo energético de las personas, o sea con fines terapéuticos.
Cuando la tigresa estaba a punto de tener un orgasmo, tenía que retraer la energía y reconducirla hasta los riñones para acumular allí su ching y ki y estimularlas para que ascendieran a la cavidad Pai Hui, lo cual le permitiría tener la experiencia de la iluminación.
Cuando la Tigresa conseguía realizar la absorción, veía dentro de la cabeza numerosas lucecitas con aspecto de farolillo, meciéndose con suavidad. El sentimiento de gozosa plenitud al verlas era una experiencia impresionante de la que le habría resultado difícil sustraerse. Antes de tener dicha experiencia ella no sabía qué era la auténtica quietud y espiritualidad, pero al tenerla sí que lo sabía ya.
Ésta es la experiencia de iluminación mediante la absorción que cualquier Tigresa aspiraba a tener nueve veces en un período de tres años con el fin de poder empezar a materializar el feto espiritual de la Virgen Inmortal. Una vez que la Tigresa experimentaba los efectos de los Cien Retornos, dicha experiencia le quedaba grabada para siempre.
La absorción es una experiencia muy poderosa ya que consigue fundir la energía sexual con la espiritual. Además, es el umbral por el que la Tigresa puede acceder a estados espirituales de energía y comprensión más elevados.
Daniel Curbelo
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