En nuestras clases de magia solemos trabajar mucho con el paisaje mágico y el hogar que encontramos allí. Esto tiene una explicación en el contexto de la búsqueda del Sí mismo.
El tema es que cada paisaje de nuestro planeta tiene una combinación de energías relacionadas al tipo de vegetación, agua, humedad, corrientes magnéticas, temperaturas, etc. Tal combinación termina siendo también un campo energético específico. De esta manera somos afines a determinados paisajes según la configuración de nuestro campo energético personal.
Asimismo cada uno de nosotros estamos influenciados por nuestra esencia y su conexión al Absoluto. Eso nos da una particularidad que se asocia a determinados lugares también, ya que esto se llama «hogar interior» y el mismo se identifica a paisajes específicos. De ahí aquellas frases que decían «hombre de montaña», «mujer del bosque», «bruja que vive a orillas del río», «mago que está en una caverna», etc.
También el clima juega su papel aquí. En los diagnósticos de medicina oriental lo primero que se pregunta al paciente es cuál es su clima favorito, su estación del año u horario del día.
Cada paisaje tiene su configuración y beneficios para la energía humana. También los animales nos conectan con ciertas energías universales de nuestro mundo interno. Solo basta ver la diferencia energética que tiene un gato con un perro en nuestra relación con ellos, para darnos cuenta que no son lo mismo y que influyen cada uno en nuestra psiquis de manera diferente.
Recordemos además que la naturaleza está en un estado de armonía y fluir, por eso al estar en su entorno estamos ante la presencia del Gran espíritu manifestado. Y no olvidemos que los animales viven en el Tao, son algo así como maestros Zen, así como decían también los druidas de los árboles, mudos testigos de la sabiduría.
La búsqueda espiritual es la búsqueda del sentimiento de hogar y ese sentimiento tiene que ver con ese sabor de «estar en casa». Se relaciona con el plexo solar, cuyo chakra tiene que ver con nuestro sentimiento de «quién soy en el universo». Muchas veces ese chakra funciona mal porque nuestros vínculos son insanos en tanto tratamos de conectar con personas, lugares o instituciones con el objeto de sentir pertenencia y contención.
Entonces nuestro ejercicio de conectar con el paisaje interior y con el mago o maga que vive ahí en realidad es invertir el proceso energético de estar pendientes del afuera para atender hacia dentro, hacia nuestro mundo espiritual.
Daniel Curbelo
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