¿Qué significa una espiritualidad no-dual?
Frente a otros paradigmas religiosos o de espiritualidad, las tradiciones espirituales no-dualistas sostienen que el Fondo del ser humano es el mismo Fondo de la realidad, que no hay dualidad, por tanto, entre nuestro Sí mismo y lo Absoluto o el Principio divino, como no la hay entre lo divino y el mundo o la realidad manifestada.
En aquellas tradiciones espirituales y sapienciales no-dualistas que acuden a la palabra «Dios» (pues no en todas ellas Dios es el referente de lo sagrado), esta palabra cobra un sentido renovado. El Maestro Eckhart, representante claro de esta intuición en la tradición cristiana, distinguirá entre Deus (Dios) y Deitas: «la Divinidad más allá de Dios». Esta última es la Base inmanente-trascendente de todo lo que es; no equivale al Dios creador de las religiones, Ente supremo diverso esencialmente de la criatura y del yo humano ―este lo busca, lo conoce y lo ama como un objeto de su conocimiento y de su voluntad―, sino al Fondo increado que los unifica en su raíz y donde son uno y lo mismo.
Como intentaremos hacer ver, transitar desde los modelos de religiosidad en los que el alma individual y lo divino se consideran realidades esencialmente separadas, a la espiritualidad no-dual, para la cual la nuestra esencia última no es distinta de la Esencia divina, conlleva un cambio radical de paradigma, un cambio no meramente teórico, sino vivencial, que tiene profundas y muy revolucionarias consecuencias en nuestra vida cotidiana y en la práctica y en la vivencia espirituales.
Mónica Cavallé
PD: Entran dentro de este tipo de visión el Sufismo, Taoísmo, Zen, Tantra, Advaita vedanta, Visista Advaita, Budismo Dzogchen, Chamanismos varios, etc.
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