El descenso al inframundo existe en muchas religiones y por lo tanto no es una excepción el cristianismo. Según el credo católico Jesús «padeció bajo el poder de Poncio Pilato fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos».
El descenso al mundo inferior, en esa época llamado Hades, aparece en varias mitologías. En la interpretación interna es el Cristo íntimo quien desciende al inframundo personal para poder rescatar las chispas de luz atrapadas en múltiples patrones psicológicos que nos condicionan («en espíritu fue y predicó a los espíritus encarcelados…» 1 Pedro 3:18-20)
En la vida espiritual tienes que estar descendiendo al Hades para poder ascender, es algo que ocurre durante muchos procesos en la vida, no es solo una semana al año. ¿Cuándo es que bajas al mundo inferior? Cuando inicias un proceso de auto-conocimiento en el que descubres tus sombras y te enfrentas a los dolores negados que aún viven pegados al cuerpo físico y a los cuerpos energético, emocional, mental, etc.
Cuando inicias una terapia, cuando comienzas a auto-observarte, cuando descubres que no eres solamente esa linda persona que sonríe a todos, sino que dentro de ti hay sentimientos encontrados y conflictos que tocan aspectos muy oscuros del alma. Cuando entras en profundas crisis espirituales, crisis existenciales que son parte de grandes tomas de decisiones en la vida. Ahí es cuando estás bajando al inframundo.
Es entonces cuando el Cristo interno, entiéndase la consciencia lúcida más profunda, hace que te des cuenta y salgas de ese pozo en el que te metiste, en el que el mismo maestro interior te llevó para que emergieras victorioso y cambiaras de vida.
Profundiza en el camino, recuerda que el día es largo, pero los años son cortos.
Daniel Curbelo

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