El Mercurio para los alquimistas es la fuerza interior que te trasforma de materia en Espíritu, de sólido a liquido (el Mercurio es el único metal liquido).

“Cuando el alquimista habla de Mercurius, él quiere decir la plata viva, se refiere al espíritu que interiormente crea el mundo escondido o aprisionado en la materia. El dragón es probablemente el símbolo pictórico del alquimia más antiguo del que tenemos pruebas documentadas. Parece el Ouroboros (es una serpiente que se muerde la cola, se come y se regenera a si misma, símbolo del eterno regreso), lo vemos en el Codex Marcianus, que data del siglo X o XI, junto con la leyenda «El Uno y el Todo».

De vez en cuando los alquimistas reiteran que el opus, el trabajo alquímico, procede del uno y conduce al Uno, es una especie de círculo como un dragón que se muerde la cola. Por esta razón, la obra a menudo se llamaba circular (circular) o rota (la rueda). Mercurius se encuentra al principio y al final de la obra: es el primer material, el caput corvi, el nigredo; como dragón se devora a sí mismo y como dragón muere, para resurgir en lapislázuli.

Es el juego de colores en la cauda pavonis (la cola del pavo real) y la división en cuatro elementos. Es la hermafrodita que fue al principio, que se escinde en la clásica dualidad hermano-hermana y se reencuentra en la conjunctio (conjunción), para volver a aparecer finalmente en la forma radiante del lumen novum, la piedra luminosa. Es metálico pero a la vez líquido, materia y espíritu, se mueve y està quieto, frío pero ardiente, venenoso y más curativo, símbolo que une todos los contrarios. »

– C.G. Jung

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