«Este misterio, por la malicia y la maldad de los hombres, es dado sólo a unos pocos; a pesar de que vive y se mueve cada día ante la vista de todo el mundo, tal y como aparece por la siguiente parábola:

«Soy un dragón venenoso, presente en todas partes, y que me tienen por nada. Mi agua y mi fuego se disuelven y se completarán; de mi cuerpo sacarás al Verde y al León Rojo; pero si no me conoces exactamente, con mi fuego destruirás tus cinco sentidos.

Un veneno rápido más pernicioso sale de mi nariz, que ha sido la destrucción de muchos. Separa, pues, lo espeso de lo delgado artificialmente, a menos que te deleites en la pobreza extrema. Te doy facultades tanto masculinas como femeninas, y los poderes tanto del cielo
y la tierra. Los misterios de mi arte deben realizarse magnánimamente, y con gran coraje, si quieres que supere la violencia del fuego, en el cual muchos han perdido tanto su trabajo como su sustancia. Yo soy el Ego de la Naturaleza, conocido sólo por los Sabios, los que son piadosos y modestos, los que hacen de yo un pequeño mundo.

Ordenado fui por Dios Todopoderoso para los hombres; pero aunque muchos me deseen, sólo se me ha dado a
pocos, para aliviar a los pobres con mis tesoros, y no poner sus mentes en el oro que perece.

Soy llamado de los filósofos Mercurio: Mi esposo es oro filosófico Yo soy el viejo dragón que está presente en todas partes sobre la faz de la tierra; soy padre y madre; joven y antiguo; débil, y sin embargo más fuerte; vida y muerte; visible e invisible; duro y suave; descendente a la tierra, y ascendiendo a los cielos; más altos y más bajos; ligero y pesado; en mí el orden de la naturaleza a menudo se inverte, en color, número, pesos y medida.

Tengo en mí la luz de la naturaleza; soy oscuro y brillante; broto de la tierra, y salgo del cielo; soy bien conocido, y sin embargo, una mera nada; todos los colores brillan en mí, y todos los metales por los rayos del sol. Soy la Carbunole del Sol, la tierra más noble clarificada, por la cual puedes convertir cobre, hierro, estaño y plomo en oro puro. »

Citado en Coelum Terrae de Vaughan,
de un original rosacruz.

Sobre lo primero tiene toda la razón, vean el circo en el que se ha convertido la espiritualidad. El lenguaje es críptico a propósito, denota el conocimiento del gran arcano de los místicos: apoderarse del dragón que despierta la conciencia o te sumerge en las tinieblas.

Daniel Curbelo

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