Antiguamente los chamanes varones solían vestirse de mujer, con ropajes, maquillaje y demás como forma psicomágica de integrar lo femenino. Es que el chamán sabe que debe activar su lado yin. Es curioso que en la mitología nórdica, Odin, el gran mago, es acusado de afeminado por Loki, algo que tuvo que ver con su aprendizaje de la magia chamánica de Freyja.
Abrir y cerrar las puertas del cielo
siendo como la mujer.
Tao te king, 10
En la magia sabemos que hay que trabajar con la Luna, Venus y Neptuno, entiéndase las cualidades de estos planetas que son nuestro lado Yin. Muchos varones al entrar a estos estudios no entienden cuando en la alquimia se dice que el hombre debe ir al encuentro con lo femenino, lo entienden mal creyendo que hay que perder cierta virilidad. Sin embargo nada más lejos de la realidad, es activar nuestra Luna interna integrando la contención, la ternura, la capacidad de empatizar, el formar la familia espiritual; nuestra Venus interior conectando con el arte, el erotismo de la amabilidad en el trato, la estética, la sensualidad, la danza, el amor como elemento de coehesion con la gente y con todas las cosas de nuestra vida; nuestro Neptuno interno, también es femenino, integrando la mística, la sensibilidad psíquica, la visión holográfica, la noción de red, el ir más allá de nuestra auto-importancia, etc.
Lao tsé te dice: “¿puedes ser como la mujer?”. Te está pidiendo que sintonices con tu lado Yin, con una virilidad diferente a la que recibiste de esta cultura. Lo masculino es lo yang, lo que brilla, lo que se expande, lo que va hacia fuera del centro, lo que se impone por la fuerza, por la conquista. Pero mira como el Tao lo ve desde el lado yin de la vida:
El sabio…
Destaca porque no se exhibe,
Brilla porque no pretende ser alguien.
Merece honores, porque no se ensalza.
Posee el mando, porque no se impone.
Nadie le combate porque él a nadie hace la guerra.
Tao te king, 22.
Daniel Curbelo
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