La real naturaleza esencial del ser es algo intocado en nosotros, no puede ser herido. Es inmanente a la vida, está por todos lados y aún en cada experiencia de vida su sabor puede ser degustado a través de la reabsorción de la atención sobre nosotros mismos.
Las heridas de nuestra personalidad no están separadas de lo divino, de hecho constituyen el disfraz a través del cual la misma divinidad elige experimentar y por lo tanto nuestra personalidad es parte del juego divino. De hecho la palabra viene de «persona» que tiene dos significados: 1. Significa máscara; 2. Per sona, por el sonido, alude a nuestra vibración original la cual esa personalidad puede canalizar aún en su supuesta imperfección.
De manera que la máscara, como elemento de negación de la herida, es parte de lo que el Ser elige para ir hacia sí mismo pasando por ese dolor. Acá les dejo las cinco heridas como referencia y su necesidad esencial.
Abandono: Si nos abandonaron entonces experimentamos el abandono de nuestra esencia y la experiencia de la misma como algo insuficiente. La máscara es la dependencia. Hay que experimentar la esencia como fuente infinita de nutrición.
Rechazo: Si nos rechazaron nos auto-rechazamos como esencia individual y por eso nos evadimos. Nos cuesta ocupar el espacio personal. Necesitamos experimentarnos como individuales.
Humillación: Si nos humillaron nos auto-humillamos con el masoquismo moral no pudiendo diferenciar nuestra individualidad de la de los demás. Necesitamos experimentar esa esencia y a D´s como algo propio.
Traición: Si nos traicionaron entonces no podemos ser fieles a nuestra esencia, en tal caso queremos controlar todo. Necesitamos identificar nuestro real sentir esencial y el de los demás.
Injusticia: Si no se nos permitió ser nosotros mismos actuamos por conveniencia y nunca somos auténticos. Somos rígidos porque no se nos apreció y por eso no podemos apreciarnos a nosotros mismos. Necesitamos experimentar la esencia individual y unificadora.
Daniel Curbelo
No responses yet