Tanto el Tantra como el Taoísmo son filosofías donde la energía femenina tiene gran relevancia a diferencia de occidente en el cual predominó lo masculino. Esto se manifiesta tanto a nivel sexual como a nivel mental, en la actitud de vida en general.
Mientras las doctrinas yang o masculinas intentan conquistar, someter y controlar, las filosofías yin o femeninas buscan contener, abarcar, dulcificar.
Ambas tendencias se manifestarán también en la forma de abordar los caminos espirituales, siendo el caso yang el intento de despertar, de lograr, de llegar y obtener una recompensa. A diferencia la doctrina yin, también llamada vía negativa, en vez de intentar despertar se dará cuenta de la distracción, en lugar de intentar llegar irá haciendo sin buscar un logro, por el acto de hacer, el gozo de ser, siendo.
A los efectos estas frases nos ilustran mejor:
“Para llegar a conocer el principio se debe ante todo no pensar, no reflexionar. Para llega a comprenderlo no hay que tomar ninguna posición, no hacer nada.”
“Para llegar a alcanzarlo no hay que partir de ningún punto preciso, ni sentir ni ninguna vía determinada. El adagio dice: Quien sabe no habla, quien habla enseña que no sabe nada. El sabio no habla ni siquiera para enseñar.”
Chuang Tse
La vía tantrica es una profunda comunión con la existencia, un hacer el amor con toda la vida, fluyendo y dejando que las cosas sean. Nos cuesta comprender esto en occidente porque estamos acostumbrados a controlar. Muchas corrientes tántricas que se ven en occidente están basadas en ese tipo de control, cuando es bien claro que la vía femenina es completamente diferente.
A muchos de nosotros nos ha pasado que a veces intentamos controlar una situación y no podemos, entonces llegamos a ese punto límite en el cual decimos: “bueno, que sea lo que tenga que ser”. Misteriosamente luego las cosas se resuelven. Hemos tocado sin querer un secreto, el dejar las cosas en manos del universo.
De un texto tibetano extraemos esta frase: “Nada de pensamiento, nada de reflexión, nada de análisis, nada de cultivarse, nada de intención: deja que se resuelva solo.”
Esa misma actitud de “dejar ser” podemos aplicarla a las relaciones humanas y sobre todo a la relación sexual.
Cuando vayamos a hacer el amor dejemos que la energía sea la guía en nuestro acercamiento. Esto nos permite aprender a comprender la sexualidad como una vivencia energética, empezar a sentir el sexo desde una perspectiva diferente.
A veces se ha abusado de técnicas para estimular puntos de excitación y cosas por el estilo. Esto surge muchas veces porque las personas no sienten ya lo que normalmente deberían sentir, están bloqueados. Para poder comenzar a desbloquearnos necesitamos aprender a sentir la energía, sentir el presente, sentir el cuerpo y el entorno todo a la vez.
Cuando dejamos que eso se exprese entonces nuestra sensibilidad puede aumentar y nos permite sentir más profundamente al ser amado.
“Cantidad de recetas han sido inventadas por diferentes autores para gobernar el mundo, cada uno ha ofrecido la suya como si fuese la más perfecta. Sin embargo todas han resultado insuficientes. Sólo hay un único procedimiento eficaz, dejar actuar al Principio sin contrarrestarlo. Está por todas partes, lo penetra todo.
Si los influjos trascendentes bajan del cielo y suben a la tierra, si existen sabios es gracias a él, inmanente en el todo universal. Cuanto más estrecha sea su unión con el Principio, más perfecto será el hombre. Los grados superiores de esta unión producen los hombres celestes, los hombres trascendentes, los hombres superiores.”
Chuang Tse
Quizás sea difícil definir la actitud que nos propone Chuang Tse, el gran maestro taoísta, podemos acercarnos con las palabras diciendo que es como una expectación energética, atención no forzada que re-energiza y palpita de vitalidad. Desde allí podemos abrir nuestro corazón a todas las cosas para poder vivir esa gran comunión con la existencia que nos propone el Tantra.
Daniel Curbelo
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