Varias tradiciones antiguas y no tanto han definido la psiquis del humano como algo múltiple, entiéndase que no tenemos un solo yo, sino una multitud de personajes interiores. Ahora veamos algunas posibilidades.

Arquetipos: Hay personas claramente poseídas por arquetipos como el «viejo sabio», «la princesa», «el guerrero», «el jefe», etc. Eso constituye una sub-personalidad que actúa en nosotros.

Personajes introyectados: Son modalidades psicológicas de otras personas que desde niños hemos copiado. Hace poco circulaba un video que mostraba como un niño y su padre iban teniendo la misma conducta, el padre gritaba, el niño también; el padre insultaba, el niño también, etc.

Personajes heredados por compromisos de la familia, mandatos aprendidos o decisiones tomadas desde la niñez por malas interpretaciones de las realidades que vivimos. Por ejemplo ve a la madre triste y el niño decide cargarse esa tristeza porque interpreta que la está ayudando, entonces crea un personaje triste que anda por la vida de esa manera, lo mismo pasa con culpas y demás.

Heridas de la infancia o de otra existencia: Esto también configura una forma de ser. Incluso hay personas que tienen una impronta de aparecer como importantes frente a los demás y eso lo traen de vidas anteriores en las que fueron reyes o altos dignatarios. Si viene de la infancia puede ser algún suceso que vivimos, algo que nos dijeron, etc. Yo conocí una persona que su madre le decía muy seguido: «sos una puta, te comportás como puta», conclusión: ahora es prostituta. También el niño que se le dice que los hombres no lloran, que es de maricas, que las mujeres esto y lo otro y entonces creamos un «machito», con el cuerpo rígido, la espada dura, etc. Otro personaje más. Es energía psíquica de tiempo congelada, o sea estancada.

Conflictos: Son creados por los opuestos en la mente que también conforman personajes. El punto central de esto es el dolor.

Personajes biológicos: Se relacionan con el funcionamiento del cerebro, pero recordemos que esto es moldeado por el lenguaje y por la cultura. Sin embargo la supervivencia estaría acá, lo sexual, lo instintivo, etc.

Veamos lo que dice Krishnamurti sobre estas cosas:

«Todo el edificio del “yo” es el resultado de contrapuestos intereses y valores, de muchos y variables deseos en diferentes niveles de su ser; y todos estos deseos engendran sus propios opuestos. El “yo”, el “ego”, es una malla de complejos deseos, cada uno con su propio ímpetu y designio, a menudo en oposición a otras esperanzas y empeños. Estas máscaras son adoptadas de acuerdo con el estimulo de las circunstancias y sensaciones; por consiguiente, dentro de la estructura del “yo” la contradicción es inevitable.»

«El “yo”, en su misma estructura es contradictorio, está constituido por muchas entidades con diferentes máscaras, cada una en oposición con las otras.»

Si no nos damos cuenta de esto no entendemos cómo es que un rato queremos una cosa y luego otra, así como hay cosas inconscientes que nos dominan y no sabemos porqué hacemos lo que hacemos.

Daniel Curbelo

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