Toda inventiva y mecanicidad para producir algún estado místico en las personas, para vivir lo real, para vivir de acuerdo al Principio Divino, al Tao, a la Presencia Divina o como sea que se llame es un artificio producto de la ambición más vulgar .
Esta vivencia en realidad es espontánea y completamente natural como lo afirman todas las tradiciones llámense zen, taoísmo, tantrismo, sufismo, etc. es propio de mentes egoístas querer producir eso en el futuro. Olvidan que “los lirios del campo van creciendo sin fatigarse ni tejer”, que “la canción se canta por sí misma” como dicen los taoístas y que “no es trabajar y sembrar la tierra lo que hace que caiga la lluvia, sino que la preparamos para recibirla” como dicen los sufis.
Se trata de preparar la tierra, no producir la lluvia.
Daniel Curbelo
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