Hay dos formas de ver la Alquimia. Una es como un proceso interno en que se va pasado por etapas: Nigredo, Albedo, Rubedo hasta llegar a la unión con el sí mismo. Muchas personas lo ven como algo lineal.

La otra forma es entenderlo como una percepción directa de la eternidad a través de una toma de conciencia refulgente e inmediata. Es decir que el alquimista se da cuenta a través de la misma materia que vive en la eternidad, distraído por los reflejos del mundo.

Esto provoca una intensidad de vida en el alma que a veces es difícil de resistir y causa terror, entonces muchas veces volvemos a la rutina del tiempo psicológico.

El asunto pasa porque se muere el yo conceptual y nos cuesta entregarnos a la muerte mística. Ya sea al contemplar un atardecer, al maravillarnos frente a la inmensidad de la noche o en el momento de hacer el amor, cuando la percepción del yo se diluye, tendemos a bloquear la experiencia.

Cuando los sabios dicen:» ponte en camino, la vida es corta…» no se refieren a que hagas un camino lineal, sino a qué ahora mismo enfrentes tu rostro hacia la eternidad.

Daniel Curbelo

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