Sobre el personaje de Judas tenemos tres opciones para abordar:

1. La versión de los evangelios canónicos y la tradicional que dice que fue uno de los doce discípulos y que traicionó a Jesús por 30 monedas de plata.

2. La versión gnóstica del llamado Evangelio de Judas donde se dice que fue el mismo Jesús que le pidió que lo entregara para que se cumpliera la misión que tenía que cumplir. A esta adhieren algunos grupos esotéricos.

3. La versión interna que es la del arquetipo del traidor dentro de nosotros mismos. Judas, Pilatos y Caifas constituyen tres personajes que viven en el interior del alma, son 3 traidores:

a) Judas es el traidor que representa la auto-traición a través del deseo, es uno de los compañeros de Jesús;

b) Pilatos es un gobernante, representa la mente, el reino mundano, el sujeto no logra decidirse, pregunta por la verdad pero solo obtiene de Jesús el silencio, además deja que decida la turba y suelta a un criminal, nuestro lado oscuro.

c) Es el líder de los fariseos, un jerarca religioso, también es nuestra auto-traición espiritual, esa parte nuestra que no logra asirse a la consciencia crística porque prefiere las reglas, normas y dogmas religiosos que la Presencia pura.

Para terminar, no hay ninguna prueba histórica fidedigna de la existencia de un tal Judas, así como tampoco de la mayoría de las cosas que relatan los evangelios. Recuerden que los 4 evangelios fueron seleccionados por la iglesia y otros fueron dejados de lado. Eso no quiere decir que no haya existido Jesús (acá hay que aclarar todo).

Es claro que los relatos son simbólicos y por eso están llenos de metáforas y números especiales para cada relato. Así como Jesús dice 7 frases en al cruz y le responden 7 frases, o su periplo de pasión empieza en la hora 3, es crucificado en la hora 6 y muere en la hora 9. Todos esos relatos son mensajes para la consciencia.

El objetivo de los símbolos es presentar portales para que la consciencia conecte con una vivencia espiritual. Creer en ellos como dogmas no logra transformar a las personas, solo nos vuelve fanáticos y nos adormece mucho más.

Hay un conocimiento secreto: «Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. (1 Cor, 2:7,8).

Por lo tanto ese conocimiento no es público, lamentablemente es más conveniente seguir creyendo en el Jesús externo y no en el Cristo interior.

Daniel Curbelo

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