El fuego sagrado, que normalmente se pretende fluya por el canal central permitiendo al practicante vivenciar un estado de conciencia expandido y elevado, tiene una contraparte a veces llamada Kundalini invertida o en la Alquimia: “fuego venenoso”.
Este fenómeno está profundamente ligado a las pasiones y deseos de los chakras inferiores y su experimentación como parte del “ser inferior”, cuya misión es generar separatividad en base al dolor de las heridas.
En la antigua sabiduría tántrica y las tradiciones orientales, se reconoce que la Kundalini Invertida ocurre cuando las fuerzas vitales se enredan en los placeres terrenales y los deseos físicos, particularmente aquellos relacionados con la sexualidad no armonizada (esto no es un tema moral ni de técnicas, sino de estado de conciencia).
Esta inversión de la Kundalini puede ser desencadenada no solo por actos sexuales desequilibrados, sino también por emociones intensas como el miedo, el estrés y las obsesiones neuróticas. Cuando la energía Kundalini se mueve hacia abajo, en lugar de ascender, crea bloqueos que pueden manifestarse como problemas físicos, mentales y espirituales. Sentimos una pesadez en el cuerpo, una separación del ser superior, y nuestra mente se llena de cinismo y fantasías mórbidas. (Ver libro de Nik Douglas, Secretos Sexuales),
Como resultado de todo esto, según la Alquimia occidental, se crea una prolongación energética concentrada en la zona del sacro, Esto tiende a sostener una pesadez energética en las personas lo cual dificultan enormemente la vivencia de experiencias espirituales sublimes. Esto es lo que Gurdjieff en sus novelas denominó Kundabuffer, más allá de que lo confundió con Kundalini. Según el autor Kundabuffer era un órgano que mantenía a las personas atadas al plano físico, identificándose con todas las cosas del mundo material.
Hay un detalle que no dijo y es que a través de ciertos rituales teúrgicos es posible eliminar eso. Claro que como es un producto de todas las emociones densas que las personas tienen al poco tiempo se crea de nuevo.
Muchos yoguis han advertido del cuidado que hay que tener con empezar a trabajar con esas energías, eso lo pueden leer en cualquier libro antiguo de Yoga. El mismo Krishnamurti decía “no toques eso a hasta que en el núcleo de tu corazón haya bondad”. Y respecto a esos despertares artificiales dijo: “Los renunciantes en la India quieren despertar esto y algunos sí lo hacen, usando rituales, pero luego se convierte en una energía monstruosa que utilizan.”
En occidente actuamos distinto, en un taller de fin de semana se despierta y listo, vaya para su casa con la Kundalini despierta.
Daniel Curbelo
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