El arcano 2 del tarot es una de las imágenes más poderosas de la baraja. No es de una energía tan exteriorizada como la Emperatriz o alguna otra carta femenina, es bien profunda y misteriosa, porque conecta con lo interno.

Es esa fuerza de la «hembra misteriosa» como decía Lao Tsé o como dice el poema rúnico una «caminante de los páramos, un ser poderoso». Es claro que se refiere a una mujer que ha conectado con su propia profundidad y se maneja desde allí, por eso ella es la iniciadora en los misterios, porque por resonancia te lleva a tu profundidad.

Es también una presencia en contacto con lo numinoso, lo que la gente llama «más allá», que en realidad es muy acá. Impone el respeto desde una inmensidad desconocida, como también diría Lao Tsé «su fortaleza es la suavidad». Por eso ella aparece sentada y no parada como El Mago.

No obstante una sacerdotisa también aprende que la energía de la voluptuosidad es conciencia también y sabe llevarla en su cuerpo con glamour. Muchos hombres que no han trabajado estas energías (o sea la mayoría) no pueden con la intensidad de una mujer sensualmente fuerte, entonces caen en la grosería y en decir disparates. Lo que dice esa necesidad de agredir lo femenino es «no puedo manejar esta energía que llevas, lo cual me produce una gran frustración y por eso te agredo».

Algún día cuando exista una verdadera educación sexual, o sea algo propio de una cultura iniciática, entonces quizás esos hombres puedan ver algo diferente y sumergirse en la alegría natural que produce el erotismo femenino.

Daniel Curbelo

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