KALI

Kālī es la Oscuridad radiante, el Silencio que resuena, el fundamento atemporal de todo.

Esta Realidad máxima y omnipresente, más sutil incluso que lo más sutil, más allá del Śiva más elevado y trascendente y sin embargo más cercana a ti que tu propia respiración, presente en la más pura y sublime consciencia de la infinita apertura, pero también en el más fétido excremento, su naturaleza divina, radiantemente hermosa, nunca se mancha aunque brilla de igual manera en todas las formas puras e impuras —esto es a lo que el linaje de Abhinava llama el Corazón (hṛdaya) o la Esencia (sāra) de la Realidad—. También le da nombres más misteriosos, referidos en las escrituras: Visarga, el Potencial Absoluto, spanda, la Vibración, Ūrmi, la Ola, Dṛk, la Visión, y Yāmala, la Pareja, la perfecta fusión de Śiva y Śakti en uno solo. Es éste el mismo principio máximo que se venera en la corriente radical del tantra no dualista de la Diosa en la forma de Kālī Kāla-sankarṣaṇī: la Oscuridad radiante, el Silencio que resuena, la Devoradora del Tiempo que establece el ciclo eterno de creación, estasis y disolución.

Ésta es la doctrina de la “no dualidad superior” (paramādvaya), que subsume tanto a la dualidad como a la no dualidad ordinaria. Es omnipresente, y se encuentra incluso en la dualidad como un nivel dentro de lo Real, cuando la no dualidad ordinaria sencillamente la niega al considerarla falsa o equivocada. No obstante, la dualidad es un nivel de la realidad, una experiencia innegable y un campo significativo para el discurso, de tal forma que ningún sistema que se limite a negarla puede considerarse completo. Y de la misma forma que la dualidad se ve reemplazada por la verdad más incluyente de la no dualidad, también ésta es a su vez subsumida y reemplazada por la omnipresente verdad de la no dualidad superior. Este Corazón, esta Vibración, esta Esencia, representan la luz que ilumina todas las cosas, la realidad gracias a la que todas las cosas son reales. Es la divinidad omnipresente, que se manifiesta de igual manera en todas las cosas.

Chrisopher Wallis