En el camino mágico el uso de la espada en el sacerdocio masculino marca su habilidad para manejar energías, combatir entidades astrales, limpiar lugares y personas, realizar exorcismos y protegerse de energías intrusas.
Así como en la mujer se habla mucho del útero como órgano mágico importante en el hombre ese lugar lo ocupa la próstata (de esto ni se habla). Claramente se relaciona con el chakra sexual y con todo el Tan tien inferior en la MTC y el Caldero del Calor (coire Góir) de los druidas, el caldero del cuál Odin bebe la mágica hidromiel.
Es interesante tomar en cuenta que en la magia celta se dice que ese caldero puede tener tres posiciones: invertido, medio o hacia arriba (hay 3 calderos, 3×3=9 posiciones). Algo similar se dice del chakra sexual, puede estar conectado con energías inferiores, girar de manera descontrolada o armonizarse y conectarse y fluir en armonía con todos los demás. De hecho consideremos que hay heridas psicológicas que dejan el chakra sexual con energía de frío o con poca energía.
El trabajo del mago consiste en calentar la zona y reabsorber la energía hacia adentro y hacia arriba. No sólo se trata de respirar sino de sanarse para que no se enfríe y se enfría por el dolor, entre tantas cosas. Recordemos que el caldero se halla en perfecto estado al nacer dándonos la vitalidad y fuerza necesarias para la vida. Es en la interrelación con la vida cuando se altera o se invierte el funcionamiento de la energía. Esto por supuesto implica explicaciones más profundas que el post no nos permite.
En tanto la espada es una proyección de su energía sexual o lo que en la magia se llama «poder personal» y es el mismo «maná» del chamanismo. Manejar la espada simboliza el trabajo interno mágico y energético que el mago hace sobre sí mismo.
Daniel Curbelo

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