Esta es de las primeras enseñanzas sufis que recibí, les dejo un resumen.
El amor es una presencia de fondo. Es el ser que siempre está como en una segunda pista,
El camino te propone estar enamorado de esa presencia. Por eso se le dice “El Amado”, o también “Leyla”, la “Amada”.
Y ese Amado/a es una gran poesía, tu eres una estrofa, tú mismo eres un poema de amor de la gran poesía de la vida. Y a partir de esa estrofa, que es tu originalidad, puedes crear tu propio relato existencial. Ese relato puede ser sublime o siniestro, apasionado o aburrido, sutil o grotesco, puedes moldearlo según tu conciencia.
Eres una obra de arte del gran alfarero de la vida, del Gran Hacedor. Participas de su conciencia y por eso también puedes hacer de ti mismo una gran obra, por eso a la Alquimia y a la Magia se les llama “El arte”.
El recuerdo de D´s es tener presente en el día esa Presencia de fondo. Más allá que tu atención se vaya con las “cosas de la vida”, vuelves a la Presencia. Practicas no practicando, porque no es una práctica, es una vivencia. Aprendes a manejar tu energía, usas cualquier recurso, mantras, respiración, oración, contemplación, lo que quieras, pero vuelves a la Presencia.
Y así en todo momento te das cuenta que la desconexión no existe, es solo una idea, una creencia que te atrapa, entonces vuelves al Ser, a la embriaguez alquímica y mágica del éxtasis. Tu cuerpo se relaja, solo estás presente y es la bienaventuranza del Amado/a lo que se experimenta.
Daniel Curbelo
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