Cuando los sufis hablan de D’s le dicen «el Inmenso» y entre tantos nombres que mantralizan está Al·lahu-àkbar que significa «D’s es grande».
«El Tao, pues, es grande y el cielo es grande.» (Tao te King XXV)
Es lo infinito y eterno lo que quiere tener una experiencia particular, así emana lo que llamamos alma individual. De esa manera se reviste de cuerpos y se experimenta separado como parte de su juego de apreciación.
Sientiéndose separado o unido sigue siendo Aquello, aún experimentándose buscador sigue siendo lo buscado, aún diciendo que hay algo falso y algo verdadero es ambas cosas.
En las vivencias de la multiplicidad está de fondo el sabor del ser esencial.
No temas, siempre estás en el Absoluto.
Daniel Curbelo
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