Una de las funciones de las sacerdotisas en diferentes culturas ha sido la de danzarinas, músicas y artistas. Siempre la fascinación del occidental tanto por las odaliscas, dakinis o cualquier otra mujer exótica está en la técnica que nos recuerda lo erótico, el movimiento de la sensualidad y su sugerencia sexual.
Sin embargo alquímicamente hablando no se trata tanto de técnica y movimiento corporal, sino de un movimiento energético en el cuerpo de la mujer que implica un movimiento de los cuerpos internos también.
Es una conexión con la fuerza femenina universal lo que constituye la verdadera esencia de la sacerdotisa danzarina. Esa conexión permite un movimiento energético en los centros vitales más importantes como las caderas, los hombros, la cabeza, las piernas, los brazos, las manos, que constituyen una emulación del movimiento de la serpiente, de ahí que se les diga «mujer-serpiente». Una mujer podría conocer la técnica del movimiento pero no tener el fluir de la energía de la serpiente, eso corresponde a los misterios de Isis.
Es ese movimiento el que ella lleva al plano sexual para ejercer la verdadera magia sexual. Toda mujer intuitivamente sabe esto, pero al educación represiva sumada a los abusos masculinos muchas veces impide conectar con eso, debido a la culpa y el autocastigo.
Para volver a conectar con su naturaleza mágica hay que empezar a escuchar al cuerpo, que no solo es carne y sangre, sino un campo energético de manifestación de la Diosa.
LA MUJER SERPIENTE
Hace unos días hablábamos con dos estudiantes mujeres de esta maravillosa enseñanza de la alquimia sobre la energía de la serpiente.
Como expliqué antes el tema de la serpiente es un símbolo muy usado pero no se refiere solamente a lo que siempre se habla de la Kundalini y la energía que asciende por el canal central de la columna.
En este caso quiero comentarles algo que tiene que ver con la canalización de la fuerza de la diosa universal, algo que las mujeres intuyen y experimentan pero que a veces al no tener referencias no logran asimilarlo como algo propio y mágico, queda como una experiencia más y no lo es.
El secreto de la mujer-serpiente es que ella es una sacerdotisa de la diosa cósmica que tiene la habilidad de conectar con un movimiento energético que se visualiza internamente como una serpiente y en el campo energético ella logra sentir el ondular de la víbora sagrada en su cuerpo durante el acto sexual y en las danzas místicas.
Ella siente ese ondular que le provoca una gran excitación sexual y la induce a un estado de trance místico y erótico. Muchas veces en la antigüedad se lo trabajaba a través de las danzas pero en los misterios del sexo a través del acto amoroso. En ese momento ella tiene todo el poder de la madre naturaleza y va más allá de su yo temporal para también arrastrar a su amante más allá de sus límites mentales.
A una mujer que sintoniza con ese movimiento ondulante se le llamó mujer-serpiente y es una cualidad de la sacerdotisa iniciadora.
Bienvenidas sean
Daniel Curbelo
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